Un
año más, cada 16 de abril, fiesta de
Santo
Toribio de
Astorga, como se viene haciendo desde tiempos inmemoriales, se inicia
el peregrinar
de cada
viernes de los lebaniegos, cofrades de De nuevo un buen grupo de fieles, ha
acudido a Santo Toribio, en día de labor, para mantener esta
tradición. La eucaristía fue presidida por el
Franciscano llegado desde Aránzazu, Iñaki
Beristain, concelebrando con él el superior de Santo Toribio, Juan
Manuel
Núñez, los también franciscanos del Monasterio lebaniego, Juan Ignacio
Aguirre, y Juan Mari Aizpitarte, el arcipreste de Liébana, Elías Hoyalasí
y los
sacerdotes Benito Velarde, Manuel
Gutiérrez y Manuel Muela. En
los primeros bancos, la directiva de la cofradía
de la Santísima Cruz con su presidente Manuel Bulnes. El Evangelio, leído por
Don Elías, relata cuando Jesús dice que se le ha dado todo poder y
envía a los apóstoles a conseguir que sean sus discípulos, todas las
personas del mundo. Durante la
homilía, el padre Iñaki, habla de la Santísima Cruz, el símbolo,
de que todos somos amados por Dios, y que debemos reflejar ese amor
hacia los demás, especialmente a los "heridos" que hay en las "cunetas"
de la sociedad.
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Foto: José Redondo Foto: José Redondo Foto: José Redondo Foto: José Redondo |