Tras no poderse celebrar en 2020, se recupera esta fiesta de interés turístico regional
No hay procesión, ni actuaciones folclóricas, ni las carreras de la tarde, pero los fieles acuden con alegría a honrar a la Virgen María, en su advocación de la Virgen de la Salud, desde el siglo XIX en el puerto de Áliva. Desde las 11:30 los fieles acuden con sus ofrendas florales, debido a la pandemia no se permite el acceso a la ermita y se han colocado sillas en el exterior para respetar las distancias. Preside el padre Óscar. La lectura relata la predición del libro de Isaías: "una Virgen dará a luz un niño...". El Evangelio cuenta la visita de la Virgen María a su prima Santa Isabel. En la homilía el padre Óscar, tras desear salud a los presentes y sus familias y que haya buenos pastos, destaca que la Virgen María es la gran creyente y hace la reflexión si seríamos capaces de saltar de alegría, como San Juan en el vientre de su madre, porque nos viene un Salvador. Esta sencilla celebración se termina con la Salve popular y con el paso al lado de la imagen de la Virgen de la Salud para su veneración, mientras se canta su himno.