CELEBRACIÓN COMUNITARIA DE LA PENITENCIA




 

   La comarca de Liébana tiene el gran privilegio de poder venerar el trozo mayor de la Cruz en que murió el Salvador que se custodia en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Desde siglos este monasterio es un centro de espiritualidad para los cristianos de la zona y desde hace unos años son muchos los que peregrinan o visitan como turistas este monasterio.

   Son varias las ocasiones que a lo largo del año se reúnen en Santo Toribio los cristianos lebaniegos. Uno de esos encuentros es en cuaresma para celebrar el Sacramento de la Reconciliación. Y de verdad se organiza todo pensando en que en ese encuentro celebramos que Dios es Padre comprensivo y misericordioso, lento a la ira y rico en piedad.

   Este año nos convocaron para el 20 de marzo, sábado, a las cuatro y media de la tarde. Y giró toda la celebración en torno a un “signo” sencillo, pero fácilmente comprensible. Había plantado en el presbiterio un árbol seco, un árbol que no puede dar frutos; y se nos preguntaba ¿qué hacemos con él? El diálogo leído quiso recordarnos que todos nosotros podemos ser “un árbol seco”, por que ¿qué frutos está dando nuestra vida?

   Después de una breve reflexión, los que quisieron, se acercaron a uno de los sacerdotes o religiosos para confesarse; éste le entrega al penitente una hoja verde, que llevaba escrito un mensaje, la penitencia a cumplir en su vida y le invitaba a colgar la hoja del árbol seco plantado en el presbiterio. Y fue muy emocionante ver al final que el árbol estaba verde y frondoso y en las hojas se podía leer: ama, comparte, ayuda, perdona, da algo de tu tiempo a los demás, se comprensivo… Qué frutos más hermosos a dar cada día en nuestra vida.

   Compartimos después un chocolate calentito y un rato de convivencia y gozosos por la experiencia vivida volvimos a nuestra vida con el propósito de volver a reunirnos para celebrar la Pascua el día 11 de abril en la parroquia de Potes.

 

 

 

 

 

 

 


El grupo de niños y niñas van hacia la fuente del Monasterio para retomar fuerzas a su llegada al monasterio de Santo Toribio tras subir andando desdes Potes acompañados por Victoria, Eva y Anabel .


Todo preparado para el inicio de la celebración. Al fondo el Lignum Crucis y el árbol seco, elemento fundamental en la celebración.
                 El arból seco se llenó de hojas.   Los frailes ofrecen chocolate con bizcochos en la portería del Monasterio.

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