La comarca de Liébana tiene el
gran privilegio de poder venerar el trozo mayor de Son varias las ocasiones que a lo
largo del año se reúnen en Santo Toribio los cristianos lebaniegos. Uno de esos
encuentros es en cuaresma para celebrar el Sacramento de Este año nos convocaron para el 20
de marzo, sábado, a las cuatro y media de la tarde. Y giró toda la celebración
en torno a un “signo” sencillo, pero fácilmente comprensible. Había plantado en
el presbiterio un árbol seco, un árbol que no puede dar frutos; y se nos
preguntaba ¿qué hacemos con él? El diálogo leído quiso recordarnos que todos
nosotros podemos ser “un árbol seco”, por que ¿qué frutos está dando nuestra
vida? Después de una breve reflexión, los que
quisieron, se acercaron a uno de los sacerdotes o religiosos para confesarse;
éste le entrega al penitente una hoja verde, que llevaba escrito un mensaje, la
penitencia a cumplir en su vida y le invitaba a colgar la hoja del árbol seco
plantado en el presbiterio. Y fue muy emocionante ver al final que el árbol
estaba verde y frondoso y en las hojas se podía leer: ama, comparte, ayuda,
perdona, da algo de tu tiempo a los demás, se comprensivo… Qué frutos más
hermosos a dar cada día en nuestra vida. Compartimos después un chocolate
calentito y un rato de convivencia y gozosos por la experiencia vivida volvimos
a nuestra vida con el propósito de volver a reunirnos para celebrar |
El grupo de niños y niñas van hacia la fuente del Monasterio para retomar fuerzas a su llegada al monasterio de Santo Toribio tras subir andando desdes Potes acompañados por Victoria, Eva y Anabel . Todo preparado para el inicio de la celebración. Al fondo el Lignum Crucis y el árbol seco, elemento fundamental en la celebración. El arból seco se llenó de hojas. Los frailes ofrecen chocolate con bizcochos en la portería del Monasterio. |