Celebramos en un día gris (penúltimo sábado de cuaresma) se realiza este año la fiesta del perdón (celebración comunitaria de la penitencia). Como sucede estos últtimos años, se contó con la asistencia, en los primeros bancos de la iglesia, de los niños y niñas de catequesis que luego participarían por primera vez del sacramento de la panitencia. Los niños y niñas estuvieron acompañados por sus catequistas, Asun, Ana y María Paz pendientes de ellos en la iglesia. En esta ocasión, ha sido Jesús, como Luz del mundo. El artista Jacabo confecionó un sol, que aparecía sólo, al inicio de la celebración Tras la presentación (se cantó Que viva, que viva....) de la ceremonia por Don Elías, los niños y niñas, junto con sus catequistas y Don Elías abandonaron la iglesia, para celebrar parte de la ceremonia en la capilla del convento, en el primer piso. En la iglesia sigue la ceremonia, con la lectura (Ef 5, 10-14). " En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor" leída por Ángeles Berges. Después el salmo 50 "Oh Dios crea en mi un corazón puro". El Evangelio (Mt 5, 13-16) que nos dice que seamos luz del mundo. Después el padre Juan Manuel realiza un abreve catequesis, para ayudarnos al examen de conciencia. Por último Ana lee las peticiones de perdón. Es el momento de realizar las confesiones individuales. . A cada persona se le entrega una tarjeta, tarjetas que han sido elaboradas, en cartulina, por los niños en clase de religión, con su profesora Anabel. Las tarjetas llevan un mensaje de superación de las tinieblas, y que se coloca en los hilos que salen del sol, un sol que va dando más luz. Se cuenta con los frailes del Monasterio, los sacerdotes de Lieébana y otros dos sacerdotes que han venido hoy a ayudar en la celebración. Tras las confesiones se reparte la comunión, mientras van llegando los niños y niñas a la iglesia, después de tener su primera confesión con Don Elías. Por último se hace recuerdo de lo que es la Santísima Cruz, para que los niños y niñas, conozcan su importancia. Por último se realiza la bendición con la Santísima Cruz, para luego adorarla. Acabada la celebración se obsequia a los presentes con chocolate y galletas. |