Un año más y ante la imponente presencia de la reliquia de la Santísima Cruz ("Adorad al arból de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo"), celebramos la penitencia en el Arciprestazgo. En esta ocasión se contó con la asistencia, en los primeros bancos de la iglesia, de los niños y niñas de catequesis. Con la iglesia llena y un gran corazón de poliestireno junto al altar se comienza la celebración, tras repartir una pequeña piedra a cada asistente, cantando "Perdona a tu pueblo señor........". La lectura (Ezequiel 36-26), dice "...Y os daré un corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne", enlaza directamente con el guión celebración. El evangelio (Lc 15) relata la parábola de la oveja perdida y nos relata la alegría que habrá en el cielo caundo un pecador se convierta. Tras la lectura del Evangelio Don Elías explica como se va llevar el resto de la celebración y el misterio de las piedras y el corazón blanco. Invita a que leamos el mensaje de las piedras, pintadas por los niños de catequesis. Estas piedras con nuestras malas conductas, pecados y debilidades, representan las piedras en el camino de nuestra vida que nos hacen tropezar, nos pesan y nos quitan la alegría. Tras la confesión se dejan las piedras en el recipiente que hay junto al altar. El sacerdote nos entrega un corazón pequeño rojo con un mensaje positivo, elaborados por los niños y niñas en la clase de religión. Los corazones se pegan al corazón de polietileno, dándole vida, haciendo que deje de ser de piedra y provocando que luzca su sonrisa, su alegría. Junto a las piedras y el corazón estaba la Santísima Cruz, para ser venerada antes de depositar la piedra y pegar el corazón. La celebración terminó con la comunión y el canto final, tras ello el reparto de chocolate y dulces en la marquesina del Monasterio, ya que el magnífico día que disfrutamos permitía estar en el exterior. |
Las piedras en el camino con el mensajes para dejar atrás de los niños y niñas de catequesis. Aspecto de la iglesia de Santo Toribio, con los niños y catequistas. Inicio de la celebración, con los sacerdotes de Liébana y Peñarrubia y los que vinieron a colaborar. Se dejan los primeros corazones rojos y piedras. Colocación de los últimos corazones. Están las elaboradoras del corazón y los niños junto a sus catequistas. El corazón lleno de vida, símbolo de la alegría de los cristianos. |