Peregrinación a Santo Toribio Cillorigo y Peñarrubia

Se celebra el día de la exaltación de la Santísima Cruz, día grande de la tradición de "La Vez" en Santo Toribio .
Como es costumbre la misa se celebra por todos los cofrades difuntos, y es un día para que peregrinen a Santo Toribio todos los pueblos de Liébana. Es una fiesta celebrada en este día en toda la iglesia católica, pero que adquiere, mayor protagonismo en Santo Toribio, por conservarse, aquí, el mayor trozo de la "Vera Cruz", motivo por el que celebramos el "Año Jubilar"
Desde bastante tiempo antes de las doce, los cofrades encargados de llevar el palio, las velas y el estandarte, se encuentran esperando en la entrada del monasterio, con el distintivo de la cruz con el lazo verde, para comenzar la procesión y con el recuerdo habituales de este día que nos han dejado. En la iglesia y alrededores, se concentran este año un número muy grande de fieles.
Como todos los años a las doce se inicia la procesión. El Señor Obispo lleva la Santísima Cruz bajo palio, precedida por el estandarte de la cofradía y los sacerdotes que asisten a la eucaristía. La pequeña procesión lleva la Santísima Cruz por el claustro, el pórtico para detenerse junto a la Puerta del Perdón, para rezar la oración de entrada "Señor Jesús tu dijiste......."
A continuación se inicia la eucaristía que cuenta con la presencia de la junta directiva de la Cofradía de la Santísima Cruz, los alcaldes de los municipios de Liébana, y diputados regionales. Asisten los frailes franciscanos, los sacerdotes lebaniegos, junto a otros sacerdotes de la diócesis, franciscanos y los que acompañan a grupos de peregrinos.
La primera lectura (Nm 21) recuerda otro acto de redención del pecado, gracias a la misericordia de Dios, la curación de los israelitas al mirar la serpiente de bronce. La segunda lectura (Flp 2, 6-11) recuerda que Jesús renunció su condición divina, para morir en la Cruz y por ello ha sido ensalzado y es el "Nombre sobre todo Nombre" . Don Elías leyó el evangelio del día (Juan 3,13-17) en el cual Jesús le dice a Nicodemo que Dios mandó al mundo a su Hijo para que salve al mundo.
Tras leer el evangelio el señor obispo realiza la homilía. El discurso se enmarca en ensalzar las virtudes de la Cruz que transformó la historia y convirtió al mundo en un teatro de la misericordia de Dios.
Como cada celebración de la Santísima Cruz las cofrades encargadas, (en este caso seis jóvenes lebaniegas) acercaron los velones encendidos al altar, tras la ofrenda. Como en otras misas del peregrino, dos peregrinos llevan ofrecen el pan y vino y otro realiza las preces
Tras la comunión Lines Vejo nos volvió a emocionar con una canción del niño Jesús (Jesús bajo a la viña...).
La celebración terminó con la veneración de la Reliquia de la Santísima Cruz, tras la bendición de Don Manuel Sánchez Monge.