imagen de la ermita antes del arreglo
La ermita en 2008


Vista de la ermita en la actualidad


Tenante

Detalle del interior Altar con el tenante colocado Fuente próxima Detalle del exterior
ERMITA DE SAN ANDRÉS DE ENTERRÍA

 

   Enterría, barrio del pueblo de Pembes, en el municipio de Camaleño, está situado a orillas del río Deva, en el kilómetro 12 de la carretera de Potes a Fuente Dé, donde por un puente medieval se accede a este pequeño barrio. Con esto situamos al lector para que se anime a visitar un lugar de verdadero encanto.  El barrio está como dividido en dos por el río que baja de Pembes. 
A la derecha, restaurando los antiguos edificios y construyendo otros, hay hoy un grupo de apartamentos rurales que invitan al descanso. A la izquierda queda lo más antiguo del barrio.
 
 
Casi a la entrada hay una “pequeña ermita, de proporciones
humildes y planta extremadamente simple: de una sola nave de cubierta de madera y capilla mayor o presbiterio, más estrecha con bóveda de medio cañón de mampostería concertada que apoya sobre imposta decorada con zarcillos simples. El arco triunfal es también de medio punto, reformado en alguna restauración.
Está doblado y apoya sobre cimacios con la misma decoración que la imposta del presbiterio. Este cimacio es sostenido por pilastras sumamente sencillas. Los muros son de mampostería de piedras bastante horizontales y largas. Los esquinales son de piedra tallada pero no de sillería”. 
Así describe el interior de esta ermita D. Miguel Ángel García Guinea en el libro Patrimonio histórico y monumental de Cantabria.- Liébana.    El trabajo de campo y recogida de datos lo hizo García Guinea a principios de los años ochenta y el tiempo, los elementos y el olvido 
habían llevado a esta ermita a un total abandono.
   “La ermita de San Andrés de Enterría se encuentra incluida en el Inventario Arqueológico Regional, con número de referencia 015.042. En la ficha correspondiente se alude a la existencia de una necrópolis cristiana, compuesta al menos por tumbas de lajas, ubicada alrededor
de la iglesia, y a la fábrica del edificio que posee elementos prerrománicos (cimacio del arco triunfal e imposta del presbiterio, así como un sillar en la esquina SE con un motivo ornamental de entrelazados), relacionables con el arte visigótico o asturiano. En la ficha se menciona asimismo que la iglesia  se encuentra en un estado de pésima conservación, amenazando ruina la techumbre, a pesar de su antigüedad y calidad artística y que la necrópolis
se ha debido de ver afectada por la construcción de viales urbanos” (Oficio del Director General de Cultura, 14/8/09).
 
   En julio de 2009 se iniciaron los trabajos de restauración. Al quitar  el altar de piedra que estaba adosado a la pared este apareció en la base un tenante o pie de altar prerrománico. Es una piedra circular de 110  centímetros de larga por 60 de circunferencia; la piedra parece de río, 
apenas trabajada por la mano del hombre; tiene un hueco en la parte superior para colocar las reliquias y un rebaje en todo el contorno para encajar la mesa de altar y en una de sus caras unos trazos aún sin estudiar por los arqueólogos. El tenante hoy está plantado en la misma ermita, se le ha colocado una mesa de piedra y hace de altar en el pequeño presbiterio.
   Para los técnicos la ermita ha tenido al menos una ampliación  y alguna que otra reforma pero conserva como elementos que nos hablan de su antigüedad la imposta del presbiterio y cimacios decorados con zarcillos, la ventana del presbiterio, la piedra con el nudo salomónico en el muro este y ahora el tenante. Todo ello nos está hablando de una construcción prerrománica del siglo IX o X.

  
Al oeste de la ermita se aprecian a simple vista varias tumbas de lajas
que están pendientes de una excavación arqueológica que puede 
ofrecer nuevos datos sobre todo este conjunto; también está pendiente un estudio planimétrico del edificio pues se supone la medida utilizada es la misma que la utilizada en el prerrománico asturiano.