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Uno de los versos de la Letanía a Nuestra Señora dice "salud de los enfermos". Desde Andalucía a mediados del siglo XIX, un emigrante del valle de Camaleño, trajo una iamgen de la Virgen de la Salud, a la que se da culto, los veranos en el puerto de Áliva. El 2 de julio es la fiesta en honor de la Virgen de la Salud y por ello, hoy cientos de peregrinos, decenas de todos de terrenos han llenado Campomenor, bajo la cerrada niebla. A las doce se celebra la eucaristía presidida por don Jose Antonio Lerín, y concelebrada por el Padre Juan Ignacio, párroco de Pembes y Espinama. En la misa se recuerda a todos los fallecidos del Valle de Camaleño, y también a los fallecidos de la asociación de lebaniegos en Torrelavega. Saray leyó la primera lectura, un anuncio de la vida de Jesús cientos de años antes de su nacimiento, escrito por el profeta Isaías . El Evangelio leído por el padre Juan Ignacio, nos muestra a un Jesús que pide que acudan a Él los afligidos "Mi yugo es suave y mi carga ligera". Don José Antonio recuerda que estamos en el "año de la misecicordia" y que Dios nunca se cansa de perdonar y nos invita a pedir perdón y a llevarnos bien unos con otros. La ofrenda fue realizada por un grupo de niñas y jóvenes del Valle ataviadas con traje típico. En el inicio de la procesión llevan las andas de la Virgen el alcalde de Camaleño y el consejero de Presidencia y Justicia, acompaña la procesión un dúo con trompeta y tambor. Tras la procesión,se cantó la Salve y el himno de la Virgen, por las mujeres de Pembes y alrededores. Las jóvenes y niñas de la asociación cultural del valle de Camaleño realizan una exhibición de danzas y cantos típicos, mientras lso fieles pasan a venerar la imagen de la Virgen de la Salud. Tras estos actos, queda disfrutar de la comida campestre, disfrutando de una buena temperatura, bajo la cerrada niebla. |
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