REGIÓN

Con nieve hasta las rodillas

05.05.10 - 00:12 -

Ni el granizo, ni el frío, ni la nieve pudieron ayer con la tradición centenaria de trasladar en andas procesionales a la pequeña imagen de La Santuca, patrona de Liébana, desde la iglesia parroquial de Aniezo, hasta su ermita en las faldas de Peña Sagra, a 1.337 metros de altitud. Se cumplió así el ciclo anual de traslado de la imagen, recorriendo la comarca lebaniega.
Ayer fue un día especialmente complicado para los devotos lebaniegos. Hacía más de viente años, según explicaban los lugareños, que la subida de la Virgen hasta la ermita no resultaba tan complicada. Nadie esperaba un cuatro de mayo con nieve hasta la rodilla y una ventisca de las de primeros de enero. Pero lo primero es lo primero y la Virgen volvió a casa según lo previsto.
El día 24 de abril se inició el ciclo con la bajada de la Virgen en andas, desde la ermita hasta la pequeña ermita de Somaniezo, para ser trasladada en procesión al día siguiente, hasta la iglesia parroquial de Aniezo, donde tuvo lugar la novena en su honor. El pasado domingo, 2 de mayo, la pequeña imagen de alabastro, recorrió el trayecto que separa la localidad de Aniezo del monasterio de Santo Toribio, 26 kilómetros, ida y vuelta, acompañada por centenares de devotos, y portada en andas churriguerescas construidas en el año 1702, realizando un recorrido del que se tienen noticias desde el siglo XV.
Ayer, martes, tuvo lugar una misa a las 16.00 horas, en la iglesia parroquial de Aniezo, así como la conclusión de la novena. Ofició la ceremonia por el párroco, Elías Hoyal. A las 16.45 horas, la Virgen de la Luz comenzó la dura ascensión a su ermita de Peña Sagra, portada en andas por los fieles devotos, pasando por el barrio de Somaniezo, donde fue despedida por muchas personas, principalmente, ancianos, con la emoción en sus rostros. Desde Somaniezo, la subida a la ermita fue lenta, con fuerte granizo, realizando paradas durante el recorrido. Alrededor de cien personas acompañaron a La Santuca. Pronto hizo su aparición la nieve, que cubría todo el entorno.
A las 19.00 horas la procesión llegó a la ermita, donde había entre 70 y 80 centímetros de nieve, llevando a la imagen hasta el altar mayor, donde los devotos cantaron la Salve, besaron la medalla, y cogieron de las andas las cerezas y flores que pendían de ellas, como recuerdo de una de las más bellas tradiciones que se conservan en Liébana. Mucho comentaron que hacía más de veinte años que no se realizaba el camino con ese frio y esa nieve.

Noticia original en el Diario Montañes.

http://www.eldiariomontanes.es/v/20100505/region/otras-noticias/nieve-hasta-rodillas-20100505.html